La blefaritis o inflamación del párpado se debe a menudo a  un mal funcionamiento de las pequeñas glándulas que se encuentran en el margen palpebral. En condiciones normales estas glándulas producen una secreción grasa que ayuda a lubricar la superficie del ojo y la cara interna de los párpados, previniendo la evaporación de las lágrimas.

En las personas con blefaritis estas glándulas se encuentran obstruidas. Sus secreciones quedan estancadas y se forman ácidos grasos que irritan la superficie ocular, causando sensación de cuerpo extraño. El margen de los párpados se muestra en estos casos inflamado y enrojecido. El ojo se irrita y produce secreción mucosa y proteínas, y éstos se acumulan en el margen palpebral, creando a menudo una costra ( caspa ). El acumulamiento de estos materiales proporciona las condiciones óptimas para el crecimiento de bacterias, que a su vez liberan toxinas que contribuyen a irritar todavía más los párpados y a agravar más el proceso patológico.

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Por tanto, en la blefaritis se produce una cadena que incluye disfunción de las glándulas del párpado, irritación y formación de pequeñas costras en el margen palpebral, además de infección bacteriana. Si no se detiene el proceso se produce un empeoramiento progresivo con inflamación dolorosa del margen palpebral, fuertes molestias en la superficie ocular e incluso disminución de la visión.

La severidad de la blefaritis varía considerablemente de unos individuos a otros. En algunos casos representa sólo una discreta molestia, creando una leve irritación de manera intermitente. En otros, es una enfermedad más seria que puede incluso afectar a la visión.

La blefaritis es una de las principales causas de ojo seco, ya que rompe el equilibrio de la lagrima causando una mala calidad de esta.

El tratamiento es medico (gotas o ungüentos), pero también se recomienda un aseo de las pestañas con shampoo de bebe.